Érase una vez una
brujita muy divertida que estaba cansada de gruñir, asustar a todos y hacer
hechizos. Cuando se enteró de que iba a llegar el Carnaval, de que podría
disfrazarse y convertirse en otros personajes de
cuento, salió
disfrazada para poder celebrarlo y visitar a los niños que tanto disfrutan
disfrazándose como ella.
Visitó muchos
colegios, pero a pesar de realizar tan largo viaje, no se encontraba cansada
porque tenía cinco patas y se las iba turnando para utilizarlas todas y así
poder descansar.
La semana anterior a
los Carnavales se le ocurrió una idea divertida para que los niños la visitaran
todos los días: Esa semana sería ella la jefa, escribiría una carta para los
niños donde les explicaría cómo tenían que
venir al cole al día
siguiente, y si la saludaban con una poesía, les dejaría leer sus mensajes. La
poesía dice así:
BUENOS DÍAS, PATARRONA,
SU GRANDIOSA MAJESTAD,
VISITAMOS TODOS JUNTOS
A LA REINA DEL CARNAVAL.
UN MENSAJE TE PEDIMOS
Y LO VAMOS A ESCUCHAR,
PUES SI NO LO REALIZAMOS,
UN GRANITO NOS SALDRÁ.